SOBRE EL METODO MAV
Con MAV establecí un sistema de 3 fases: vínculos, caracterización espacial y hábitat prototipado.
Cada una de estas fases contienen 3 pasos con herramientas y procedimientos que ayudan a generar ideas de diseño hacia la conceptualización de espacios arquitectónicos.
Esta metodología puede ser aplicada a diferentes escalas, desde una habitación hasta los espacios vecinales. Pues dentro de su simplicidad, es posible brindar una replicabilidad escalable, en función al diseño espacial poniendo como eje a la persona
in-habitante.
Con MAV invito a una correspondencia por medio de contactos, encuentros, fricciones y afinidades entre los arquitectos diseñadores y quienes habitan un ambiente. Para generar nuevas formas de entender y vivir los espacios que se propongan, más relacionados y cercanos al ser,
y no en respuesta a las funciones mercantilístas que nos rigen actualmente.
¿Por qué aplicar MAV en la conceptualización de diseños arquitectónicos?
Responsabilidad de escalas
Permitir entender a quién diseña la responsabilidad que tiene en una escala mayor a la doméstica, en cuanto al derecho de ciudad y calidad de vida.
Entendiendo que todos, más allá de las condiciones socio-económicas, tenemos derecho a vivir felices dentro de las
ciudades.
Valor de la vida vecinal
La vida doméstica no ocurre solamente en un adentro íntimo, tambíen existen las conexiones sociales que permiten crear comunidades.
Cuando se diseña,
considerando y propiciando los
vínculos sociales se asegura un arraigo y sustentabilidad de los proyectos a largo plazo.
Caracterización espacial
MAV comprende que los espacios domésticos están en permanente cambio.
Por lo tanto analizar las prioridades vivenciales en relación a anhelos, deseos y recuerdos de quienes habitarán, ofrece nuevas maneras de proponer espacios de vivienda.